A menudo consideradas herramientas útiles sólo para jugar o para copiar contenidos, las tecnologías de la información constituyen una excelente base de apoyo para que alumnos y profesores mejoren el aprendizaje.
“¿Qué tal, cómo te ha ido hoy en el cole? ¿Te han puesto muchos deberes?”, “Bueno… Tengo que acabar unos problemas de trigonometría de mates y buscar qué son los fractales. La de naturales nos ha dicho que nos estudiemos la lección de los volcanes y que hagamos un power point explicando cómo funciona”. “Cuántas cosas, hijo. ¿Quieres que nos conectemos y buscamos todo eso?”. Si de un tiempo a esta parte internet y las nuevas tecnologías han revolucionado el mundo en el que vivimos, ¿cómo no iban a colarse en las aulas e iban a transformar y modelar la forma que tienen de aprender los chavales?
En casi todos los hogares hay un ordenador y, además, conectado; en las escuelas e institutos, cada vez son más frecuentes los PC, las pizarras digitales y los TabletPC; todas esas tecnologías ofrecen un vastísimo campo de recursos que, bien utilizados, pueden resultar un excelente “profesor de repaso virtual” y ayudar a los alumnos a reforzar y practicar lo que han aprendido en clase. Contenidos multimedia, ejercicios interactivos, juegos, e incluso videojuegos, porque jugar es una forma de aprender muy importante, sobre todo a edades tempranas; la tecnología permite justamente eso, que los niños jueguen y se diviertan a la vez que aprenden. No es lo mismo mirar un dibujo del cuerpo humano en un libro que adentrarse en el interior de las venas y las arterias y los órganos en una simulación 3D; o estudiarse leyendo y repitiendo cómo era el Imperio romano, que estar a las órdenes de Julio César en un juego; o aprenderse de memoria la teoría de la evolución, que realizar una visita virtual a un yacimiento arqueológico.
Lo que los recursos digitales permiten
Las ventajas de los e-recursos son muchas y los educadores están encantados y maravillados de las posibilidades que ofrecen. Para empezar, hace que los niños desarrollen un conocimiento sobre sí mismos, así como su autonomía personal. Los contenidos son mucho más ricos y estimulan de forma más amplia a los chavales, con textos escritos, sonidos e imágenes, lo que también les ayuda a desarrollar sus capacidades de comunicación y representación como la lectura, la escritura, la atención auditiva o la discriminación visual. Además, este tipo de material permiten añadir una gran cantidad de información complementaria, a través de hipervínculos, y abordar los temas desde diferentes perspectivas, mientras que los libros de texto clásicos son más lineales.
A pesar de las ventajas, no es que el ordenador ni internet vayan a reemplazar al profe de carne y huesos o puedan, ni mucho menos. Pero sí pueden ayudar a favorecer un aprendizaje más eficiente. Está demostrado que este tipo de recursos atraen más y retienen la atención de los chavales que los tradicionales en papel,y resultan más amenos y motivadores. “El alumnado puede encontrar en internet una información magnífica –indica Pere Marqués, doctor en ciencias de la educación del Departamento de pedagogía aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona-. Aunque no irá a buscarla a no ser que tenga un motivo para hacerlo. Lo haré sólo cuando el profesor, por ejemplo, le haya encargado una tarea interesante para la que deba documentarse. Por tanto, el docente es el que debe orientar al chaval en su búsqueda por la red”. También es el que proponiéndole materiales multimedia interesantes, ejercicios interactivos, juegos..
Recursos online
Desde hace poco más de una década, lo cierto es que ha ido apareciendo en la red mucho material pedagógico de calidad desarrollado por profesores para apoyar el proceso de aprendizaje. Uno de los portales con más recursos es el proyecto Grimm, que comenzó a finales de los 90 cuando un grupo de maestros metieron por primera vez un ordenador en clase. Desde entonces, docentes de todas partes han ido aportando materiales, herramientas y actividades, de entre las cuales quizás una de las más populares sea la doctora Xinxeta, que vive en la red y tiene respuestas para todas las preguntas de los niños. La filosofía de Agrega es similar. Es una iniciativa para que alumnos y profes compartan contenidos digitales, elaborados por otros docentes y chavales, como juegos de letras para niños, representaciones multimedia sobre hábitos alimentarios o un fichas para practicar caligrafía. Y hay más de este estilo, como Averroes es la red telemática educativa promovida por la Junta de Andalucía; O EducaRed. “Sin duda, una de las más completas y mejor planteadas es Edu365 –opina Marqués, de la UAB-. Es un portal magnífico con recursos excelentes”. Edu365 es un portal educativo impulsado por el Departament d’Ensenyament del Gobierno catalán y ofrece servicios y contenidos para estudiantes y profesores. Fue uno de los proyectos pioneros que irrumpió en la Red volcando actividades y textos educativos de calidad, que saben sacar partido de las nuevas tecnologías en el ciberespacio. Y eso le ha valido la distinción “E-good practice”, de la Unión Europea y que haya quedado finalista en el Stockholm Challenge Award, en 2002. Otro buen ejemplo es el portal educativo del Proyecto Medusa, del Gobierno de Canarias, que incluye un buscador con el que se pueden filtrar las búsquedas de contenidos por etapa, nivel educativo o área de aprendizaje. Skool es el portal de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y proporciona material para entender y asimilar las ciencias y las mates de secundaria; permite trabajar en línea o descargar material al ordenador del alumno. Educalia, de la Obra Social de la Fundación La Caixa, ofrece un programa de refuerzo educativo para primaria y secundaria con mucha información, juegos y actividades tanto para que los niños los consulten en casa, como para que los profesores puedan trabajar con ellos determinados contenidos. “Afortunadamente, en la Red hay muchísimos recursos útiles para los chavales de refuerzo escolar, la mayoría recopilados a través de consejerías de educación; espacios en los que pedagogos y profesores generan y cuelgan recursos para todas las asignaturas y niveles educativos, de manera que facilitan, por un lado, la labor educativa; y, por otro, les ofrecen a los chavales maneras mucho más motivadoras de aprender”, considera Pere Marqués. Además de estos materiales, las propias editoriales también poseen “recursos de excelencia que previo pago ponen a disposición de todo aquel que los quiera consultar”. Es el caso, entre otras, de SM, de Santillana, que por ejemplo ha puesto en marcha un poryecto para investigar en Internet sobre el Antiguo Egipto o Edebé, que dispone de Educ@migos, un programa interactivo de ampliación y refuerzo escolar. Hay mucho y buen material. Pero, ¿suficiente? “Aún hacen falta más recursos que faciliten el aprendizaje. Pero también, sobre todo, hacen falta guías para profesores, para que estos sepan cómo orientar a sus alumnos en el uso de estos recursos – considera Marqués-. Aún se incide demasiado en aspectos técnicos, como por ejemplo cómo subir contenido, cómo hacer un blog, y poco en el aprovechamiento didáctico de los recursos”.
Copiar pegar
Pero el disponer de tanta información a un solo clic, comporta también peligros: que los chavales tecleen en el Google el tema del trabajo y en un segundo obtengan miles de referencias. O que se lo descarguen directamente de Wikipedia, Monografías, Rincondelvago, los eskakeados, o apuntes21. El copy-paste está de moda y se extiende como una mancha de aceite en el ámbito escolar. “No es muy diferente a antes –opina Aníbal de la Torres, coordinador TIC de un instituto de secundaria en Palma del Río (Córdoba)-. Entonces, copiábamos la enciclopedia, pero copiábamos igual. Que utilicen las TIC de una forma útil y beneficiosa para su aprendizaje, depende de los docentes. No pueden conformarse con pedirles que busquen información y ya está, sino que deben asegurarse que la entienden, que la han asimilado, pidiéndoles trabajos que requieran una reelaboración de lo que han leído”.
Y por si, aún así, hay alguno que sucumbe a la tentación, existen muchos programitas ya capaces de detectar si se ha copiado, aunque sea una frase, como Wcopyfind, Compilatio o My DropBox. Rastrean en millones de páginas web para verificar en pocos minutos si el trabajo es original. También existe una versión española, Antiplagio, de Educared.